En diálogo con Breves, Carolina Suárez, periodista especializada en consumo y asesora de consumo de la Legislatura Porteña, quien formó parte del panel de economía en el Congreso IMAGINA, explicó que el principal cambio en el consumo de los argentinos se ha dado en materia de alimentos. Hoy se eligen segundas marcas, marcas propias de supermercados y se reducen los  presupuestos. “Los argentinos hoy destinan gran parte de sus ingresos a pagar servicios públicos y también servicios aleatorios.Ya no estamos frente a ese consumidor que hace una década atrás podía hacer una compra semanal atado a un supermercado o a una línea de comercialización. Hoy está con una perspectiva negativa. Es mucho más crítico, establece presupuestos y se cuida frente a este contexto inflacionario que tanto cuesta a todos”.
En cuanto a los modos de compra, a la caminata en busca de mejores precios se sumó el “surfear por las redes”, espacios virtuales donde abunda información de productos, marcas y precios. “Esto demuestra las posibilidades que la gente busca para hacer más sencillo y ahorrar a la hora de comprar”, dice Carolina. 
Otra modalidad presente en estos tiemposcríticos es el reciclado, no sólo de comida sino también, y principalmente, de vestimenta. “La industria textil ha sufrido bastanteporque el consumidor, cuando no tiene suficiente dinero para afrontar gastos, empieza a dejar de lado aquello que no considera prioritario. Por eso cuando hablamos de reciclaje el mejor ejemplo es el de la indumentaria”, cuenta la especialista. 

Enseñar a consumir
Carolina Suárez considera que un serio problema aparece cuando los sectores más vulnerables no acceden a información respecto al consumo o cuando desconocen beneficios. Y se transforma en “un arma de doble filo” ligada a cómo utilizan algunos recursos, como por ejemplo la solicitud de créditos. “Hay que educar al consumidor, brindarle las herramientas para que pueda tomar la mejor decisión.  El estado es parte importante en esto. Esa información debe llegar a todos por igual, desde la charla vecinal hasta las redes sociales, desde el niño hasta los adultos. Y hacerlos parte a los niños y jóvenes para que aprendan a valorar”, asegura la especialista. 
En este punto, Caro explica que se está observando una pérdida de creencia en que uno puede hacer algo o llegar a algo. Hoy no se piensa ni se puede ahorrar dinero en una latita para materializar un sueño, como hace varios años atrás. “Eso hace que la persona quiera tener una pertenencia y entonces se entiende cómo en los sectores más vulnerables hay consumo de productos más ostentosos como zapatillas de marca, celulares última generación, es decir, el ‘quiero pertenecer’. Si le damos una herramienta como la información, el conocimiento y les permitimos ahorrar, podemos pensar en otro país”, sostiene.