Molinos Fenix es una empresa que está hace casi 120 años en Río Cuarto, estuvo trabajando hasta el año 82, después estuvo 20 años parado… era un molino de trigo; y en el año 2002 se empiezan a hacer inversiones tanto de equipamiento europeo, de China y de diferentes orígenes y se convierte de un molino de trigo a uno de maíz, y se transforma de Molino Fenix a Grupo Alimenticio. Los socios confiaron en retomar esta industria que estuvo parada durante 20 años acá en Río Cuarto y proyectan seguir creciendo ahora con varios proyectos nuevos.

Un dato para destacar es que esta empresa tiene una porción del mercado que es casi del 70 por ciento. Es decir que el 70 por ciento del total de todos los snacks, cervecerías y de todos los productos que tengan que ver con cereales de desayuno, 7 de cada 10 que se consumen en el país, salen de Río Cuarto. Y otro dato importante es que el segundo molino del país tiene una capacidad que no llega al 20 por ciento de la que posee el ex molino Fenix.

“Nosotros como industria de alimentos, fuimos una industria que no paró, fue esencial, pero además de no tener parada, hubo un momento de fuerte demanda, como lo fue para varias industrias, y pudimos gracias al esfuerzo de todos los trabajadores, salir adelante, cuidándonos, pero salir adelante y pudiendo tomar de algo que fue un gran problema un montón de virtudes como por ejemplo hemos crecido mucho en productos como la polenta o hemos decidido este proyecto nuevo que es comenzar con legumbres y nos hemos animado a seguir invirtiendo en esta Argentina que a veces es un poco más complicada”, sostiene Alejandro sacco, gerente de la firma.

¿Qué tipo de productos o insumos elaboran en la planta de Río Cuarto?

Hacemos diferentes productos que en su mayoría son insumos para otras industria como la cervecera donde tenemos a Quilmes, en Argentina y en Chile; para la industria de snacks donde le vendemos a varias empresas en Argentina, Chile, Perú, Bolivia , Canadá, Centroamérica, Pepsico, Los 5 hispanos, acá en Río Cuarto a San Salvador, Morán y a otras 50 empresas más de todos estos países mencionados; para la industria de cereales y desayunos, ahí le vendemos a Granix, a Tres Arroyos, Lasfor, a una empresa que le fabrica a Kellogg’s en Argentina, que es Georgalos y General Cereals y después para productos para celíacos, como pastas o panificados y a la vez otra de la ramas es una harina de maíz para hacer polenta donde hacemos dos marcas propias y varias marcas de terceros.

Además de los insumos para otras industrias alimenticias, ¿Tiene marcas propias, verdad?

En otra parte vamos directamente a industria con 2 marcas La Morocha y Don Bernabeu, que son dos marcas inicialmente de polenta, y también les hacemos a otros clientes como Marolio, Maxiconsumo, Morixe, a una marca de supermercado Ta Ta de Uruguay, a Carozzi de Chile.

¿Cómo fue creciendo la empresa desde que retomó la actividad el viejo Molino Fenix, hoy Grupo Alimenticio?

La empresa nace siendo un Molino de entre 50 y 60 toneladas allá por el 2004, teniendo alrededor de 20 empleados y a lo largo de los años, se siguió invirtiendo, se fue creciendo, se fueron haciendo varias reformas hasta llegar hoy en día a tener 60 empleados en forma directa y unos 60 trabajadores más que se toman por temporadas y reformas que se van haciendo y estamos hoy moliendo alrededor de 250 toneladas por día.

Como empresa privada, ¿están articulando el trabajo de alguna manera con el sector público local o viceversa?

Una de las cuestiones positivas que vemos de esta dirigencia local es que se han acercado por primera vez, digo yo, a la industria en los años que tenemos trabajando en Río Cuarto, donde uno ve que se está empezando a articular, se han tendido lazos con la industria, a través de la secretaría de industria, la secretaría de empleo, con los cuáles estamos trabajando y en lo que queremos seguir creciendo a través de la cámara y a través de ir buscándole esta interrelación que es un ganar-ganar tanto para las empresas privadas como para lo público en la generación de empleo que tanto le hace falta a la ciudad.

¿De qué se trata el nuevo proyecto?

Les cuento, el proyecto consiste en montar una planta procesadora de legumbres, que ya se montó y en la cuál se va a poder hacer una limpieza de la legumbre, una clasificación mecánica y después una clasificación electrónica, cuyo objetivo es llegar a tener productos que puedan ser exportables no solamente a Sudamérica sino al resto del mundo, con las exigencias que esto tiene, y en otra porción hacer harinas de legumbres, de lentejas, de poroto, de garbanzos o arvejas, con el objetivo de abastecer a muchas de las industrias actuales con las que estamos trabajando, ya sea para hacer snacks de legumbres saludables, o hacer harinas que son para veganos, pero también para toda una industria de alimentos saludables que en el mundo viene creciendo, tanto lo que es alimentación saludable como todo lo que es proteína vegetal, y entendemos que el crecimiento en los próximos años va a ser exponencial.

¿Están proyectando generar más puesto de trabajo para la ciudad a corto o mediano plazo?

Nuestro objetivo ya a corto plazo es en diciembre estar incrementando la planta en un 10 por ciento, o sea unas 6 personas más, hoy ya estamos capacitando a personal del sector de calidad, estamos certificados en varias normas de calidad como ISO900 FC2200… y la idea es seguir creciendo y en el año 2022 estar tomando un 10 por ciento más de planta de personal. O sea que nuestra idea es crecer un 20 por ciento en la actualidad.

¿Qué significa a nivel personal formar parte de esta empresa tan importante?

La verdad que para mí es un orgullo, formamos parte de un equipo de trabajo de 60 personas que está muy comprometido con el crecimiento y con Río Cuarto en sí porque más del 90 por ciento son personas de la ciudad, quienes están comprometidas con la calidad de los productos y con este camino de crecimiento de la empresa en general.

Grupo Alimenticio posee modernas instalaciones en Río Cuarto, provincia de Córdoba, montadas sobre una planta que data del año 1907.

En este lugar conviven el espíritu de la antigua tradición harinera con las modernas tecnologías de producción.