La articulación entre el sector público y privado ha demostrado ser un motor clave para el desarrollo sostenible de las comunidades. En el caso de Bio4 y la Municipalidad de Río Cuarto, este trabajo conjunto ha permitido que familias locales puedan acceder a herramientas, capacitación y oportunidades de desarrollo en huertas comunitarias. La empresa Bio4, dedicada a la producción de biocombustibles, ha generado un espacio donde la colaboración entre la empresa, el municipio y las familias ha sido la clave del éxito.

Tomás Beamonte, Gerente General de Bio4, destacó la importancia de esta sinergia:
"Nos llena de satisfacción llegar a ocho años y nos proponemos muchos más. Este proyecto no solo es un esfuerzo de Bio4, sino también de la municipalidad, el Ministerio de Bioindustria de la provincia y, sobre todo, de las familias que día a día con su esfuerzo producen alimentos saludables", afirmó. Además, mencionó que esperan que más municipios como Santa Catalina o Las Higueras se sumen al proyecto.

El modelo de Bio4 y el municipio no solo involucra a las familias trabajadoras, sino que también integra a diversas instituciones y actores locales, demostrando que la articulación entre el campo, la industria y la ciudad es posible. Beamonte subrayó la importancia de alinear intereses para hacer viable este tipo de iniciativas:
"Es necesario integrar, sumar esfuerzos, alineando intereses en el trabajo, en el desarrollo. Este proyecto es una prueba de que pueden haber muchos más como este, y esperamos seguir creciendo y sumando más familias", expresó.

Este tipo de proyectos no solo se centran en la producción de alimentos, sino también en el desarrollo integral de las personas involucradas. Cada año, se ven los avances en la calidad y el volumen de los productos cosechados. Las familias no solo encuentran un lugar para trabajar, sino que también reciben formación y herramientas para llevar adelante estas producciones.

Guillermo De Rivas, Intendente de Río Cuarto, también celebró el impacto positivo del proyecto durante estos ocho años. Para el intendente, esta articulación público-privada es un ejemplo claro de responsabilidad social y compromiso con la comunidad.
"Estos ocho años hacen ver la importancia de este trabajo conjunto. Este proyecto ha permitido que familias, principalmente mujeres, puedan autosustentarse y generar sus propios recursos. Es un ejemplo de cómo podemos generar oportunidades a través del trabajo, la capacitación y el esfuerzo", afirmó De Rivas.

El proyecto no solo beneficia a quienes forman parte de él, sino que también impacta en la comunidad en general, ofreciendo productos saludables y sostenibles que son comercializados y distribuidos localmente. Para el intendente, esto es un orgullo para la ciudad de Río Cuarto:
"Este proyecto es un sello distintivo de nuestra ciudad. El sector privado ha demostrado un compromiso enorme, no solo invirtiendo, sino también ofreciendo oportunidades. Bio4 es un ejemplo de esto", concluyó.

Por otro lado, Mariana Vigo, Subsecretaria de Agricultura Familiar de la provincia de Córdoba, resaltó el impacto económico que tienen estas huertas comunitarias, no solo en sectores vulnerables, sino también en la clase media. Según Vigo, la producción que se genera en estos espacios tiene un valor significativo para las familias:
"Hemos sacado la cuenta y, más o menos, en agosto, una buena producción con el kit de semillas puede representar unos 600.000 pesos. No es un tema menor, sobre todo en estos tiempos", comentó.

Además, Vigo señaló que la articulación entre Bio4 y otras empresas ha sido fundamental para replicar este modelo en otras localidades:
"Bio4 es un ejemplo. Este intercambio entre la empresa y la comunidad ha permitido que otras empresas se interesen en replicar este modelo de gestión en diferentes lugares. Para nosotros, es un modelo de gestión exitoso", destacó Vigo.

Finalmente, la voz de quienes participan directamente en el proyecto también es clave para entender el impacto real que tiene en las familias. Estela Suárez, una de las huerteras que se incorporó recientemente, compartió su experiencia:
"Hace dos meses que comencé y la experiencia ha sido muy buena. Nos dedicamos a hacer esquejes, trabajar con plantas aromáticas y cosechar frambuesas. Es un trabajo que nos gusta y nos da la libertad de organizarnos como queremos", relató.

Este modelo de articulación público-privada demuestra que, con esfuerzo y compromiso, es posible generar oportunidades sostenibles para las familias. El trabajo conjunto entre Bio4, el municipio y las familias ha permitido que, a lo largo de estos ocho años, se consolide un proyecto que no solo produce alimentos saludables, sino que también brinda formación y herramientas para el desarrollo integral de las personas.