Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas experimentaron en mayo una nueva retracción del 2,9% interanual a precios constantes, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este descenso se suma a una caída mensual del 0,7% respecto a abril, reflejando un comportamiento cada vez más medido del consumidor en un contexto de ajuste y restricciones.
Si se observa la película del año, el acumulado de 2025 muestra, sin embargo, un crecimiento del 11% frente al mismo período del año anterior. Esta mejora se vincula con un rebote registrado en los primeros meses del año, pero los datos de mayo muestran que ese impulso empieza a frenarse.
El comercio minorista enfrenta un escenario marcado por varios factores: menor poder adquisitivo, menos circulación en los centros comerciales, competencia creciente de canales online y venta informal, sumado a la falta de crédito y mayores exigencias operativas. Esta combinación lleva a un consumo más selectivo, incluso en rubros esenciales.
En el análisis por sectores, sólo dos de los siete rubros relevados lograron aumentar sus ventas. Perfumería lideró con una suba del 5,2% y Farmacia mostró una leve alza del 1,5%, manteniéndose como uno de los pocos segmentos estables. En cambio, los retrocesos fueron notables en Alimentos y bebidas (-7,6%), Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-2,6%), Textil e indumentaria (-1,6%) y Calzado y marroquinería (-0,5%). El rubro Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles se mantuvo sin variaciones significativas.
El informe de CAME también indaga en las expectativas del sector. Un 49,2% de los comerciantes cree que su situación mejorará en el plazo de un año, frente a un 9,3% que anticipa un empeoramiento. Sin embargo, cuando se trata de invertir, la mayoría (55,9%) considera que no es un buen momento. Solo un 14,4% cree que sí lo es.
Esta prudencia se ve reflejada en las estrategias adoptadas: liquidaciones anticipadas, contención de gastos e inversiones limitadas. Aunque algunos comercios lograron mejoras puntuales a través de herramientas digitales, promociones o programas de fidelización, no logran revertir la tendencia general.
Al consultar sobre la situación económica actual, el 58,3% de las pymes declaró que se mantiene igual que hace un año, un 28% indicó que está peor y solo un 13,6% dijo haber mejorado. Esta percepción se alinea con los datos duros y refleja la fragilidad del escenario.
A pesar del contexto, el sector no pierde del todo la esperanza. Espera señales más claras de recuperación y políticas que permitan reactivar la demanda. El consumo, aunque golpeado, no se detuvo por completo, y muchos empresarios siguen apostando por adaptarse a los cambios.
En definitiva, el informe de mayo refleja que las pymes están haciendo equilibrio entre la necesidad de sostenerse y la dificultad de proyectar. El panorama actual exige cautela, pero también creatividad para enfrentar una etapa que se muestra exigente y volátil.