La campaña agropecuaria 2017/2018 se ha caracterizado por un importante déficit hídrico, marcado notablemente en los dos primeros meses del 2018 a causa de las precipitaciones muy heterogéneas en la zona, con granizos recurrentes, sumado a altas temperaturas con poca amplitud térmica y elevada humedad.

La Ingeniera Agrónoma Alejandra Canale, Responsable de la Agencia de Extensión del INTA Río Cuarto y miembro del Consejo Regional de Conservación de Suelos (CRCS), explicó que “los maíces de siembra temprana y sojas de primera han variado su estado de buenos a regulares como consecuencia de los manejos realizados, tecnología utilizadas y a las condiciones climáticas antes mencionadas. Los cultivos de segunda o tardíos son los más perjudicados ya que la falta de lluvias se produjo en el período crítico de floración”.

U$S 870 millones de pérdida en el valor bruto de la producción

Las  nulas  precipitaciones  del  mes  de  febrero  han  intensificado  el  deterioro  del  estado  general que venían atravesando los cultivos  estivales en  la provincia  de  Córdoba. Dicha   situación,  según la segunda estimación de producción de la Bolsa de Cereales de Córdoba, se  traduce directamente en un recorte de 7,4 millones de toneladas comparado al ciclo anterior.

“Los cultivos desarrollaron sus  etapas de mayores requerimientos hídricos (periodo crítico) con registros  pluviométricos que acusaron los valores más bajos de los últimos 11 años”.

En el cultivo de maíz se calcula una producción 22% inferior que la campaña anterior. Respecto  a la soja, se estima cosechar 28% inferior a la campaña anterior y la menor de las últimas seis campañas.

Debido a la sequía existe una pérdida de 870 millones de dólares en el Valor Bruto de la  Producción de Córdoba, siendo los departamentos Río Cuarto y Juárez Célman los más perjudicados, con caídas de 280 y 165 millones de dólares respectivamente. 

Especialistas y productores analizan presentar emergencia por sequía

Tras una reunión llevada a cabo en la Sociedad Rural a fines de febrero, de la que participaron referentes de distintas entidades vinculadas al agro, se pudo conocer que la diferencia del porcentaje de pérdida en cada cultivo está determinado por la tecnología y manejo utilizado en cada sistema, observándose ventajas muy significativas en lotes donde se aplican buenas prácticas agrícolas. Por otro lado, los cultivos más afectados son los de siembras tardías o de segundas, y ya ha comenzado la venta de maíces para picado o utilizados para consumo directo con animales.

“El precio actual de los cultivos colabora en que el porcentaje de pérdida que se tolere sea mayor, y comienzan a notarse cortes en la cadena de pago a proveedores de servicios e insumos”, manifestaron desde el Consejo Regional de Conservación de Suelos.

Por último, se propuso continuar con este espacio participativo para debatir la posibilidad de presentar emergencia por sequía, solicitar a la AFIP el no cobro de anticipo de ganancia, gestión ante las entidades bancarias para facilidades crediticias y la urgencia de generar herramientas para disminuir el riesgo al productor por las inclemencias climáticas, como por ejemplo los seguros multiriesgos.